miércoles, 16 de marzo de 2011

saber sufrir

Las personas, por regla general, no saben sufrir, no soportan el sufrimiento ni propio ni ajeno. Yo a lo largo de mi dilatada vida he aprendido a sentir el sufrimiento, más el de los demás que el mío propio. La vida me ha dado latigazos que me han dolido pero sufro más cuando son los otros los que los reciben. La enfermedad de mi mujer me está enseñando que nadie se priva de sufrir a lo largo de su vida. Es un sufrimiento sutil pero que corroe el alma día a día. Me llaman, debo dejarlo en este momento pero prometo que seguiré profundizando en ello otro día. Reflexionad mientras, lo escrito.