Muerte absurda

Las noticias de la muerte me gustan poco y más cuando son de personas inocentes por las  guerras y el terrorismo, o cuando son inesperadas como la del joven que falleció por culpa de las heridas recibidas por una balconada que se desprendió de unas oficinas, o la noticia recibida hoy por internet de la muerte de un antiguo compañero a causa de un infarto. Pienso demasiado en la muerte, cada dos por tres me viene a la mente la muerte que me puede sorprender en cualquier momento,  o pienso en la muerte que puede acaecer a los miembros de mi familia de una forma inesperada. Ya sé que la muerte es para el que tiene fe un paso a la eternidad que es plenitud en Dios, o de total rechazo de ésta por un comportamiento inadecuado en esta vida y sin arrepentimiento. Pero cuando se duda o no se tiene la suficiente fe la muerte y más las mencionadas más arriba me parecen absurdas. Da la casualidad que las dos muertes de las que he tenido conocimiento estos días son de personas vinculadas a mi lo que aún produce más fastidio. La del joven porque resulta que su madre fue compañera en el colegio donde trabajábamos y que además ella fue profesora de Juanan nuestro hijo. Y la segunda muerte es de un antiguo compañero de profesión algo más joven que yo que un infarto se lo ha llevado definitivamente.  Me he enterado por medio de facebook por un compañero con el que tengo una estrecha relación y que también fue compañero de profesión de los dos. Este tipo de  muertes y las provocadas por la violencia de los hombres en conflictos bélicos como los de Gaza entre palestinos e israelíes, Croacia y las milicias prorusas, o los confictos de Afganuistán, Siria, Irak y otros que hay en el mundo me parecen absurdas y me molestan, me indignan en especial estas últimas, sabiendo que Dios no puede enmendar en este mundo lo que los hombres destrozamos. En fin, ya sé que he de aprender a convivir con la muerte cada día pero me cuesta y este tipo de muertes que yo llamo absurdas me producen dolor e incertidumbre.    

Contra el Barça

Las sanciones de la FIFA me parecen exageradas y desproporcionadas además de insultantes a la inteligencia de una persona con la mente despejada y un mínimo de inteligencia. Tanto la del jugador Luis Suárez como la de prohibir al Barça fichar jugadores hasta noviembre de 2016 me parecen fuera de toda lógica. La del jugador ha quedado en parte disminuida en cuanto que puede jugar amistosos, entrenar con sus compañeros, es decir poder realizar las actividades propias de un futbolista por lo que no perderá el ritmo de la competición, podrá estar con sus compañeros, tener la aprobación del público cuando salte al terreno de juego y sobre todo no repercute en su ánimo como jugador aunque  no pueda formar parte del equipo en los partidos oficiales de la liga actual hasta el 26 de octubre. En cuanto a que el Barça no pueda fichar hasta el invierno de 2016, aún suponiendo que el club junto a la Federación Española de Fútbol, cometiera alguna infracción, según la FIFA, de fichar a jugadores jóvenes, no me parece correcto la prohibición de fichajes que pueden mermar de forma considerable las posibilidades de éxito de un club de renombre internacional como el Barcelona. Este tipo de sanciones no se deberían aplicar ni al Barça que recurrirá a instancias superiores, ni a ningún club del mundo. Se podrían buscar otras sanciones que no impidieran los fichajes ya que esto repercute en un elemento fundamental para que un club, sea el que sea, pueda mantener su competitividad con el resto de clubes de la misma categoría. Además, me parece injustificable que ante el recurso presentado por el club el organismo internacional haya mantenido la sanción. Lo que haría falta en la FIFA y en otros organismos internacionales y nacionales deportivos sería un cambio de ejecutiva y sobre todo del presidente en vez de perpetuarse en los cargos ya que les da un poder que no siempre usan de forma justa. Las ejecutivas en el deporte deberían tener fecha de caducidad como los alimentos.

Sigue...

El calor se ha instalado por el momento entre nosotros y vuelve a apretar con bastante fuerza. Por las mañanas hasta las 10 hrs. se tolera bastante bien pero a partir de esta hora que es cuando acompaño a Mª del Carmen al Centro de Día ya empieza a apretar bastante lo que hace que la vuelta que suelo hacer hasta las once me cuesta bastante, la hago lentamente cuando tendría que andar más deprisa para ejercicio físico que es el único que hago. Después de tomar el café   llego a casa al rededor de las 11 hrs. para comenzar mi rutina de todos los días. Lunes y martes lectura, miércoles internet y redacción de blogs, jueves lo mismo, viernes lectura, sábado y domingo internet con conexión a Skype para poder hablar con nuestro hijo, ver a Esteban comprobando que ambas familias estamos bien. La ventaja de nuestro piso de Madrid es que al no darle demasiado el sol por la mañana es bastante fresco por lo que no se necesita ni ventilador y menos aire acondicionado lo que no es nada bueno para la salud y menos para la de mi esposa. Las tardes se complican algo más ya que el calor aumenta, aunque abriendo un poco la ventana lateral del comedor se puede soportar bien. Cuando a las cinco y media salgo de nuevo para ir a recoger a Mª del Carmen al centro de día el calor aprieta bastante pero no resulta agobiante ya que la distancia es corta y pasando por la sombra, si es posible, tampoco molesta demasiado. Las noches son algo calurosas, la ventaja es que ella duerme prácticamente toda la noche y yo me defiendo como puedo. En la sierra es bastante parecido ya que no es sierra propiamente y el calor aprieta bastante, la ventaja es que en el

semisótano se está muy fresco. El resto de la casa es algo más calurosa pero tampoco se está mal teniendo la precaución de bajar las persianas a su debido tiempo. En las habitaciones por la noche hace bastante calor, hay que ventilar lo mejor posible antes de acostarnos y al ir a la cama buscar la forma de que pase aire sin que de madrugada refresque en exceso para evitar corrientes perjudiciales. En fin, el calor no se puede anular lo que exige buscar formas de evitarlo, beber agua, comer ligero, tomar frutas y no abusar de bebidas alcohólicas.