El sábado afirmé en el blog anterior que el domingo daría mis reflexiones sobre lo rutinaria que es mi vida todos los fines de semana. Lo hago hoy, con un día de retraso. La alegría que tuve hasta que llegó la enfermedad de Carmen no ha vuelto ni volverá. Me dicen que soy serio, siempre lo he sido, pero por lo visto ahora se me nota mucho más. No puedo evitarlo. Jamás recuperaré la alegría y las ilusiones que tuve. Es imposible en las actuales circunstancias. El único seguidor que tengo Joan Josep Tamburini,amigo de muchos años atrás, en el último comentario que escribió sobre mi actual situación lo comprende perfectamente y sus ánimos y palabras de aliento son de agradecer. Me invade el aburrimiento cada fin de semana,aún que hago todo lo posible por desconectar por medio de la televisión, el ordenador, la conversación por medio de Skype con nuestro hijo y su esposa, siguiendo los deportes, por ejemplo las olimpiadas pasadas y a partir de ahora el ciclismo,el fútbol, baloncesto y otros deportes que me interesan. La losa que pesa sobre mi por la enfermedad de mi esposa es tan fuerte que no puedo sobreponerme a ella. Su estado de salud no permite cambios o variaciones que darían alicientes a nuestra vida,

en especial la mía. No me queda más remedio que soportar la rutina un fin de semana y otro también. Es duro pero es así.

Me gustaría poder cambiar la rutina de los fines de semana pero lo veo si no imposible muy difícil.Si es sábado nos levantamos a las ocho y media y los domingos a las nueve y media. Me arreglo yo en primer lugar y mientras esperamos a la cuidadora preparo las medicinas que ha de tomar Carmen. Cuando llega se encarga de su aseo mientras desayuno,me voy a comprar el pan y los sábados lo necesario para las comidas del sábado y del domingo. Me olvidaba de que siempre café tomo café. Regreso a casa cuando Carmen está terminando de desayunar. En verano como hace mucho calor, por supuesto este año, salimos a pasear los dos durante una hora aproximadamente. Al regresar ya nos quedamos en casa. Carmen deambula o se queda sentada y yo me dedico al ordenador, conecto Skype para poder conversar un rato con Juanan. Carmen, por desgracia, ya no tiene el menor interés en ello. Supongo que a Juanan le debe entristecer al ver que su madre no le habla y se aleja de la Web. Cuando llega el momento si la comida está preparada comemos,yo sesteo como es mi costumbre y la tarde se pasa viendo la tele, algunas veces con el ordenador y pendiente de que Carmen haga sus necesidades más íntimas, ya que ella por si sola no acudiría al baño. Es realmente una rutina más bien aburrida pero es lo que es y poco se puede cambiar. Ahora estamos esperando que llegue la cuidadora, cambie a Carmen preparándola para la cama, cenaremos y alrededor de las nueve de la noche ella ya se acuesta. Yo espero algo más de tiempo para acostarme pero el aburrimiento de todo el día hace que no encuentre nada entretenido en la tele para acostarme algo más tarde de lo que parecería normal. En fin, hoy he descrito la rutina del fin de semana, mañana reflexionaré sobre lo que para mi supone repetir todos los fines de semana lo mismo que acabo de describir.

Nadie me lee pero yo sigo escribiendo. Así me deshago y paso el rato. Tendré que dar mi dirección de Blogger por si alguno o alguna está interesado en leer mis reflexiones sobre temas diversos. Mis dos únicos seguidores hasta hoy están demasiado ocupados en sus propios bloggs y aficiones que les falta tiempo, si es que se auerdan de mi,para visitar lo que escribo en mi Blogg. Claro que tengo la posibilidad de meterme en una dirección de correo para dedicarme desde allí a participar en lo que personas diversas escriben. Se trata del correo de Tele Asistencia que por mi situación actual necesito. Lo voy posponiendo pero algún día me interesaré por ello. Seguro que desde este portal tendré más seguidores. Pronto podré comprobarlo ya que no voy a tardar mucho en iniciar una andadura nueva.

Es difícil escapar de la tristeza cuando la enfermedad nos ha visitado hace años y ya no nos va a dejar más. Yo mismo llevo más de un mes que no me encuentro bien de salud y eso repercute en mi ánimo, que ya de por sí no es alegre estos últimos años. Envidio de una forma sana a tantas personas que conozco que se encuentran contentas, que dicen que son felices, que la vida les sigue sonriendo... y al pensar que no es mi caso me entristezco, no puedo remediarlo. La rutina diaria me aburre, todos los días las mismas cosas en las mismas horas, sin variedad posible, sin nuevas experiencias, sensaciones,ilusiones,esperanzas,vivencias,experiencias... podría seguir para qué? No deseo mal a nadie y lo que está pasando a mi no lo deseo ni a mi peor enemigo. ¿cómo lo puedo desear a tantas personas a las que quiero, empezando por mi hijo, su nuera y demás familia, además de los conocidos de toda una vida de trabajo, de amistad y de compartir momentos agradables y también desagradables. Bueno, no me alargo más. La felicidad en mi vida ha dejado de sonreírme, eso me entristece.

No acabo de comprender dónde está el espíritu olímpico de España. ¿cuántas medallas tenemos una semana después de comenzar las olimpiadas de Londres? ¿qué aporta Madrid para merecer unas olimpiadas? ¿dónde está el soporte base que forja deportistas de élite para triunfar en eventos como el actual? Podríamos hacer más preguntas sobre esta triste realidad. Lo que hace falta es tomarse en serio todos los deportes y no como meros espectadores, sino como partícipes reales y eficientes del deporte en todos los aspectos y de la grandeza que ello aporta a un País. Basta ya de la rivalidad entre el Madrid y el Barça en fútbol o baloncesto que no ayuda para nada a fomentar desde la base deportistas competitivos que cada cuatro años puedan competir con garantías en unas olimpiadas. Basta ya de tantos periódicos deportivos que lo único que hacen es fomentar las rencillas y las rivalidades infructuosas. Basta ya de tantas tertulias televisivas y radiofónicas que no aportan nada de positivo al deporte auténtico que es el único rentable a largo plazo. Para qué seguir. Pedir que los responsables del deporte español y de cada Comunidad Autónoma se tomen en serio TODOS los deportes y qu

e sean capaces de hacer los cambios necesarios que conduzcan eficazmente al éxito de nuestro deporte a nivel internacional.

¿vacaciones?

Estos días las personas que me conocen y las encuentro por la calle me preguntan si hacemos vacaciones. ¡qué más quisiera yo hacer vacaciones! Para mi, desde que Mª del Carmen enfermó, se me terminaron las vacaciones, los viajes, los restaurantes, los guateques, las fiestas... se me terminó todo y para ella también claro. Lo más importante es que ya lo tengo asumido y ella no me pide nada de todo lo que para la gente es lo más normal. Saber vivir cada día de forma rutinaria sin esperar nada a cambio, sabiendo que para ella es lo mejor, no me llena de satisfacción pero la vida sigue y por más que quiera ya no la puedo cambiar. Ella necesita el Centro de día de lunes a viernes, la cuidadora de tarde-noche, la de los domingos por la tarde-noche, y la cuidadora de todos los días que hace posible que mis desvelos para con mi mujer se hagan más llevaderos. No podemos dejar Madrid sin que todo quede alterado y eso no beneficiaría para nada ni a ella ni a mi. Vacaciones,

no gracias. Ya no las necesito. puedo prescindir de ellas aunque me cueste.