martes, 26 de abril de 2016

Lo necesario

Hoy (26-04-2016) hemos ido a la compra, no teníamos nada, muy poco, el congelador y las estanterías de comida estaban cassi vacíos por lo que era necesario comprar para unas semanas lo necesario con el fin de tener primeros platos preparados y algunos segundos también. Todos los días voy a comprar lo que hace falta según los menús que preparo los domingos para toda la semana, suele ser el segundo plato, ya sean filetes de ternera, chuletas de cordero, huevos, contra muslos, cinta de lomo, hamburguesas etc. además de la verdura, tomates lechuga para ensalada, pimientos, sin olvidarme de la fruta que comemos todos los días. El primer plato se saca casi siempre del congelador, platos congelados y pre cocinados para facilitar la preparación de la comida de la cuidadora y mía salvo los días festivos que se cocina para tres incluyendo a Mª del Carmen que se queda en casa debido a que el Centro de Día de los días laborables está cerrado. La compra grande como la de hoy se hace cuando las subsistencias se han terminado además de comprar lo necesario para la limpieza y el aseo diario. La compra como la de esta mañana la pago con tarjeta de esa forma me evito llevar demasiado dinero. Los gastos de alimentación, higiene y limpieza son necesarios y deben pagarse con el presupuesto que sale de las dos nóminas, la de Mª del Carmen y mía. Es una compra necesaria por la finalidad que tiene. Nunca hemos comprado caprichos, golosinas, y derivados. Hay que contar además las bebidas, vinos, cervezas, cocacolas, otras bebidas no alcohólicas, moscatel y poco más aunque actualmente debido a que no puedo beber nada que contenga alcohol me ahorro bastante dinero, cuando llegue el calor ya se verá la bebida que tomaré como sustituta de la cerveza que ha sido desde siempre la bebida propia del verano. El dinero que se gasta en una compra grande de esas características es necesario, es un dinero bien empleado.
   

martes, 12 de abril de 2016

Fuimos al Rastro

Con motivo de la estancia en Madrid de los abuelos de Francia el domingo pasado estuvimos en el Rastro madrileño apretujados por tanta gente que acude a visitarlo cayendo solo algunas gotas de lluvia, Esteban a ratos andando otras en el carrito y alguna vez en brazos de su padre, la abuela compró camisetas de recuerdo para los primos de nuestro nieto, yo aproveché para pagar a Juanan una para Esteban, Sandrine quería la del toro de Osborne pero al ver que no me gustaba se cambió por otra que recuerda a Madrid. cuando ya nos  cansamos de andar por la de los puestos de ropa y música nos desviamos hacia la derecha con el fin de tomar un café o tapas para que nuestro nieto comiera algo, como yo desde hace días no puedo tomar alcohol por las pastillas prescritas por nuestro médico no podía tomar nada, era alrededor de la una del mediodía, decidimos que les dejaba, me volví a casa ya que ellos tenían intención de continuar viendo los puestos que aún quedaban como son las antigüedades, todo lo que es hierro y bronce, la porcelana y una variedad de cosas de todos los estilos y formas que aún no habíamos visto, precisamente en la calle donde nos paramos a tomar café y las primeras tapas comenzaba todo lo referente a lo que para mi es lo más importante y curioso del Rastro madrileño, lo antes mencionado. Hacía un tiempo algo desagradable por lo que ni Sandrine ni yo hicimos fotos. Hacía mucho tiempo que no acudía al Rastro, poco ha cambiado y como siempre hay tanta gente  se hace imposible andar de forma tranquila, hay que estar atento para evitar que te roben y por de pronto combinar las visitas a los diferentes puestos con las tapas es lo ideal por eso yo me volví a casa para comer debido a que no podía beber más que agua si hubiera seguido la ruta  con ellos. Es una visita obligada cuando se viaja a Madrid como turista, tiene su encanto a pesar de la incomodidad que supone andar en medio de tanta gente, evitando los empujones y otros inconvenientes.